ON MIRANDE, EL ABERTZALE REBELDE
Uno de los Mitos del tema vasco es que ‘son nacis’, tema que lanzan sobretodo los demócratas del PP y PSOE, que curiosamente son acusados a su vez de ‘nacis’ también por parte de ETA y los demo-nacionalistas del PNV…
Esta estupidez es propia de esta época… en realidad la ETA y los ambientes separatistas vascos actuales son absolutamente marxistas-leninistas, no porque lo digamos nosotros, sino porque lo dicen ellos mismos, asi se definen, y los libros de sus cursos son marxista, sus apoyos eran la Rumania o Checoslovaquia comunista, sus programas son totalmente marxistas en lenguaje y contenido, su saludo es el puño en alto… y sus jóvenes gamberro-criminales son okupas y miembros de la extrema izquierda.
Pero es cierto que hubo un tiempo en que el nacionalismo vasco estaba impregnado de las idea de etnicismo, identidad, raza, tradición y comunidad.
Jon Mirande es el ejemplo más típico,pero no único, de este Nacionalsocialismo vasco.
Jon Mirande Aipharsoro nació en Paris el 10 de Enero de 1925. Sus padres eran de Zuberoa, y habían emigrado a Paris en busca de trabajo. Éstos, aún siendo vasco parlantes, siempre le hablaban a su hijo en francés y debido a ello tuvo que aprender el euskera por su cuenta. Jon Mirande, tras terminar sus estudios en el Liceo Aragón, empezó a trabajar en el Ministerio de Finanzas traduciendo textos.
Desde pequeño sintió amor por Euskal Herria y leía todos los libros que encontraba sobre ella. Mirande tenía un don especial para los idiomas y llegó a dominar hasta 12 lenguas. Tuvo estrechas relaciones con el escritor vizcaíno Andima Idiñagabeitia y gracias a esto, empezó a traducir textos de Edgar Alan Poe, Friedisch Nietsche y demás escritores. Empieza a escribir sus escritos en las revistas “Euzko Gogoa” y “Gernika” y algunos artículos crean una gran polémica entre los abertzales ortodoxos ya que Mirande realiza durísimas críticas al movimiento abertzale democrático. Él es muy crítico con la moral cristiana al igual que con la democracia. En este sentido, destaca el artículo “Euskaldungoaren etsaiak” (los enemigos del vasquismo), el cual es el más famoso al respecto. Mirande ve a Francia y a la iglesia católica como enemigas de Euskal Herria (lo que es un caso raro entre el nacionalismo vasco, siempre muy cristiano hasta su infección moderna de marxismo y masonería, igual como pasó con el nacionalismo catalán) y cuando los alemanes ocupan Francia en la 2ª guerra mundial empieza a colaborar con estos junto con nacionalistas bretones.
En el verano de 1948 participa en El Congreso Vasco de Biarritz, invitado por Piarres Lafit. En 1949 escribe diversos artículos para la revista “Herria”. Le gusta mucho viajar y así visitó Bretaña, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Alemania y Dinamarca.
En 1956 participa en el congreso de Aranzazu y escribe para las revistas “Egan” e “Irrintzi”. En 1962 crea, junto con Txomin Peillen, la revista “Igela”. Más tarde junto con el bretón Goulven Pennaod la revista “Ar Stourmer”.
En 1970 se publica su novela más famosa, “Haur Besoetakoa”. Este trabajo recibiría duras críticas pero el éxito de la novela será extraordinario.
Sin duda alguna, Jon Mirande es uno de los mejores escritores de la literatura moderna vasca. En este sentido, cabe destacar el sentido innovador de su poesía, al igual que toda su obra literaria.
Se suicida en la primavera de 1972 y es enterrado en el cementerio de Thiais.
Su pensamiento
Vayamos a analizar su pensamiento: Aunque su pensamiento pueda parecer especial y heterodoxo, deberíamos definirle como Abertzale y Nacional-Socialista. Así nos lo demuestran sus escritos y cartas (“Heil Hitler”, “Perish Juda”, “siempre me he mantenido Nacional-Socialista” “aún así, nunca nos rendiremos en la guerra por la raza blanca”) así como sus actividades políticas; en tiempos de la ocupación colaboró con los Alemanes, trabajo en la posguerra junto con nacionalsocialistas y nacionalistas bretones…
Desde joven, Jon Mirande fue un abertzale radical y muchas veces habla de la raza y de la sangre vasca, y respondiendo a la llamada de su sangre, aprende euskera. Eso si, su patriotismo vasco no tiene nada que ver con los patriotismos de izquierdas y cristiano-democráticos de sus contemporáneos. El defiende un patriotismo romántico, y así, alaba al Padre Larramendi, Agostín Chao, los primeros jefes carlistas y Sabino Arana Goiri: “Por desgracia, los que han venido detrás de ellos, los que han aparecido como alumnos de ellos, nos ofrecen los partidos vascos en vez de un movimiento vasco como salvavidas de la sociedad. Esto es, nos ofrecen algo estático, algo que obstaculiza el impulso natural de nuestra sangre”. Él está en contra de los filósofos racionalistas del Siglo XVII y de los abertzales racionalistas y realistas que apoyan sus ideas: “Por medio de nuestros sueños podemos conocer nuestra condición de vascos, lo que demostraron nuestros ancestros al mundo en la Edad Media. Y esos vascos de sangre limpia que no eran “buenos vecinos”, ni pacíficos, ni tolerantes, pero que por el contrario eran firmes y fuertes, inquietos, belicosos y grandes. Tantos hombres así ha habido, ancestros fuertes y amigos de la fuerza, no han muerto para siempre-de hecho no han muerto- por que siempre habrá vascos que rehúsen ser esclavos del materialismo y de la comodidad. Todavía pueden oír en su interior, si suelta sus alas, el ruido de las águilas de la batalla de Antxina, la llamada de los antiguos caballeros vascos. ¡No hagamos oídos sordos a esa llamada! Dejando a un lado los falsos mitos del vasquismo, seamos, tal y como fuimos antes, “Vascones Inquieti”; ¡vascos inquietos y rebeldes!”
Por otra parte, el patriotismo vasco de Mirande es totalmente europeísta y sobre esto él se refiere así: “Cuando el objetivo es trabajar por la cultura vasca, saber de la cultura europea es bueno, sobre todo cuando el patriotismo luchador de los negros y amarillos nos golpea, la llamada de Nietzsche va dirigida hacia nosotros: Seamos buenos Europeos!”
Mirande afirma que hay una gran raza y cultura Europea y que nosotros, los vascos, nos encontramos dentro de ella.
La influencia de Niezsche en las ideas de Mirande es evidente: Fortaleza, belicosidad, anti-cristianismo, crítica de la moral pacifica …
Mirande indica como enemigos de la patria vasca a España, Francia, el judaísmo y la Iglesia Católica, a la cual también acusa de la perdida del paganismo vasco. En su famoso artículo “Enemigos del Vasquismo”: “El espíritu firme, violento y duro de los antiguos vascos ha sido amansado y debilitado por la doctrina eclesiástica. Habiendo sido lobos, ahora nos ha convertido en corderos. En este sentido, acusa al Cristianismo de haber languidecido a la Raza Vasca, antes salvaje y belicosa, y de haberla convertido en un rebaño de ganado: “El hombre cristiano, un pobre cordero en un rebaño”.
Él, reconoce como su Dios a las brujas vascas y a nuestro antiguo Dios Ortzi-Thor, quiere resucitar el paganismo vasco, el viejo espíritu vasco.
Así pues, antepone el caballero aristócrata guerrero y grande, al cura (o cuervo negro como el le llama) por ser el espejo de la decadencia; la moral aristócrata, a la moral del “ganado” o, como diría Nietzsche, la moral de la esclavitud. Defiende al ser superior a lo bueno o a lo malo, al ser superior a la moral y a la ética. De hecho, para Mirande la moral no es más que una debilidad del hombre, un veneno creado por los Judíos para debilitar la Raza Europea y, como no, principal culpable de la decadencia actual.
La idea de la decadencia actual la repite Mirande una y otra vez siguiendo los pasos del filósofo Oswald Spengler.
Dejando a un lado su racismo, Jon Mirande es conocido por ser el primer predicador de la “fuerza”. Así, en sus poemas así como en otros escritos suyos hace un llamamiento a los jóvenes vascos para liberar a la Patria mediante la violencia y la lucha armada: “La ley es la lucha, la violencia la ley-humana.”
Este es Jon Mirande: abertzale radical, racista, pagano y enemigo del cristianismo, de la democracia, del comunismo y del anarquismo, contrario a los ladrones burgueses y judíos, inconformista… en dos palabras “POLITICAMENTE INCORRECTO” y debido a ello, uno de los escritores y políticos vascos más odiados, condenado a ser apartado por los beatos, tontodemócratas, los izquierdosos y progres.
Esta estupidez es propia de esta época… en realidad la ETA y los ambientes separatistas vascos actuales son absolutamente marxistas-leninistas, no porque lo digamos nosotros, sino porque lo dicen ellos mismos, asi se definen, y los libros de sus cursos son marxista, sus apoyos eran la Rumania o Checoslovaquia comunista, sus programas son totalmente marxistas en lenguaje y contenido, su saludo es el puño en alto… y sus jóvenes gamberro-criminales son okupas y miembros de la extrema izquierda.
Pero es cierto que hubo un tiempo en que el nacionalismo vasco estaba impregnado de las idea de etnicismo, identidad, raza, tradición y comunidad.
Jon Mirande es el ejemplo más típico,pero no único, de este Nacionalsocialismo vasco.
Jon Mirande Aipharsoro nació en Paris el 10 de Enero de 1925. Sus padres eran de Zuberoa, y habían emigrado a Paris en busca de trabajo. Éstos, aún siendo vasco parlantes, siempre le hablaban a su hijo en francés y debido a ello tuvo que aprender el euskera por su cuenta. Jon Mirande, tras terminar sus estudios en el Liceo Aragón, empezó a trabajar en el Ministerio de Finanzas traduciendo textos.
Desde pequeño sintió amor por Euskal Herria y leía todos los libros que encontraba sobre ella. Mirande tenía un don especial para los idiomas y llegó a dominar hasta 12 lenguas. Tuvo estrechas relaciones con el escritor vizcaíno Andima Idiñagabeitia y gracias a esto, empezó a traducir textos de Edgar Alan Poe, Friedisch Nietsche y demás escritores. Empieza a escribir sus escritos en las revistas “Euzko Gogoa” y “Gernika” y algunos artículos crean una gran polémica entre los abertzales ortodoxos ya que Mirande realiza durísimas críticas al movimiento abertzale democrático. Él es muy crítico con la moral cristiana al igual que con la democracia. En este sentido, destaca el artículo “Euskaldungoaren etsaiak” (los enemigos del vasquismo), el cual es el más famoso al respecto. Mirande ve a Francia y a la iglesia católica como enemigas de Euskal Herria (lo que es un caso raro entre el nacionalismo vasco, siempre muy cristiano hasta su infección moderna de marxismo y masonería, igual como pasó con el nacionalismo catalán) y cuando los alemanes ocupan Francia en la 2ª guerra mundial empieza a colaborar con estos junto con nacionalistas bretones.
En el verano de 1948 participa en El Congreso Vasco de Biarritz, invitado por Piarres Lafit. En 1949 escribe diversos artículos para la revista “Herria”. Le gusta mucho viajar y así visitó Bretaña, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Alemania y Dinamarca.
En 1956 participa en el congreso de Aranzazu y escribe para las revistas “Egan” e “Irrintzi”. En 1962 crea, junto con Txomin Peillen, la revista “Igela”. Más tarde junto con el bretón Goulven Pennaod la revista “Ar Stourmer”.
En 1970 se publica su novela más famosa, “Haur Besoetakoa”. Este trabajo recibiría duras críticas pero el éxito de la novela será extraordinario.
Sin duda alguna, Jon Mirande es uno de los mejores escritores de la literatura moderna vasca. En este sentido, cabe destacar el sentido innovador de su poesía, al igual que toda su obra literaria.
Se suicida en la primavera de 1972 y es enterrado en el cementerio de Thiais.
Su pensamiento
Vayamos a analizar su pensamiento: Aunque su pensamiento pueda parecer especial y heterodoxo, deberíamos definirle como Abertzale y Nacional-Socialista. Así nos lo demuestran sus escritos y cartas (“Heil Hitler”, “Perish Juda”, “siempre me he mantenido Nacional-Socialista” “aún así, nunca nos rendiremos en la guerra por la raza blanca”) así como sus actividades políticas; en tiempos de la ocupación colaboró con los Alemanes, trabajo en la posguerra junto con nacionalsocialistas y nacionalistas bretones…
Desde joven, Jon Mirande fue un abertzale radical y muchas veces habla de la raza y de la sangre vasca, y respondiendo a la llamada de su sangre, aprende euskera. Eso si, su patriotismo vasco no tiene nada que ver con los patriotismos de izquierdas y cristiano-democráticos de sus contemporáneos. El defiende un patriotismo romántico, y así, alaba al Padre Larramendi, Agostín Chao, los primeros jefes carlistas y Sabino Arana Goiri: “Por desgracia, los que han venido detrás de ellos, los que han aparecido como alumnos de ellos, nos ofrecen los partidos vascos en vez de un movimiento vasco como salvavidas de la sociedad. Esto es, nos ofrecen algo estático, algo que obstaculiza el impulso natural de nuestra sangre”. Él está en contra de los filósofos racionalistas del Siglo XVII y de los abertzales racionalistas y realistas que apoyan sus ideas: “Por medio de nuestros sueños podemos conocer nuestra condición de vascos, lo que demostraron nuestros ancestros al mundo en la Edad Media. Y esos vascos de sangre limpia que no eran “buenos vecinos”, ni pacíficos, ni tolerantes, pero que por el contrario eran firmes y fuertes, inquietos, belicosos y grandes. Tantos hombres así ha habido, ancestros fuertes y amigos de la fuerza, no han muerto para siempre-de hecho no han muerto- por que siempre habrá vascos que rehúsen ser esclavos del materialismo y de la comodidad. Todavía pueden oír en su interior, si suelta sus alas, el ruido de las águilas de la batalla de Antxina, la llamada de los antiguos caballeros vascos. ¡No hagamos oídos sordos a esa llamada! Dejando a un lado los falsos mitos del vasquismo, seamos, tal y como fuimos antes, “Vascones Inquieti”; ¡vascos inquietos y rebeldes!”
Por otra parte, el patriotismo vasco de Mirande es totalmente europeísta y sobre esto él se refiere así: “Cuando el objetivo es trabajar por la cultura vasca, saber de la cultura europea es bueno, sobre todo cuando el patriotismo luchador de los negros y amarillos nos golpea, la llamada de Nietzsche va dirigida hacia nosotros: Seamos buenos Europeos!”
Mirande afirma que hay una gran raza y cultura Europea y que nosotros, los vascos, nos encontramos dentro de ella.
La influencia de Niezsche en las ideas de Mirande es evidente: Fortaleza, belicosidad, anti-cristianismo, crítica de la moral pacifica …
Mirande indica como enemigos de la patria vasca a España, Francia, el judaísmo y la Iglesia Católica, a la cual también acusa de la perdida del paganismo vasco. En su famoso artículo “Enemigos del Vasquismo”: “El espíritu firme, violento y duro de los antiguos vascos ha sido amansado y debilitado por la doctrina eclesiástica. Habiendo sido lobos, ahora nos ha convertido en corderos. En este sentido, acusa al Cristianismo de haber languidecido a la Raza Vasca, antes salvaje y belicosa, y de haberla convertido en un rebaño de ganado: “El hombre cristiano, un pobre cordero en un rebaño”.
Él, reconoce como su Dios a las brujas vascas y a nuestro antiguo Dios Ortzi-Thor, quiere resucitar el paganismo vasco, el viejo espíritu vasco.
Así pues, antepone el caballero aristócrata guerrero y grande, al cura (o cuervo negro como el le llama) por ser el espejo de la decadencia; la moral aristócrata, a la moral del “ganado” o, como diría Nietzsche, la moral de la esclavitud. Defiende al ser superior a lo bueno o a lo malo, al ser superior a la moral y a la ética. De hecho, para Mirande la moral no es más que una debilidad del hombre, un veneno creado por los Judíos para debilitar la Raza Europea y, como no, principal culpable de la decadencia actual.
La idea de la decadencia actual la repite Mirande una y otra vez siguiendo los pasos del filósofo Oswald Spengler.
Dejando a un lado su racismo, Jon Mirande es conocido por ser el primer predicador de la “fuerza”. Así, en sus poemas así como en otros escritos suyos hace un llamamiento a los jóvenes vascos para liberar a la Patria mediante la violencia y la lucha armada: “La ley es la lucha, la violencia la ley-humana.”
Este es Jon Mirande: abertzale radical, racista, pagano y enemigo del cristianismo, de la democracia, del comunismo y del anarquismo, contrario a los ladrones burgueses y judíos, inconformista… en dos palabras “POLITICAMENTE INCORRECTO” y debido a ello, uno de los escritores y políticos vascos más odiados, condenado a ser apartado por los beatos, tontodemócratas, los izquierdosos y progres.
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